lunes, 22 de agosto de 2011

Y yo que hasta ayer sólo fui un holgazán, y hoy soy el guardián de sus sueños de amor.
Lo quiero a morir.

Podés destrozar todo aquello que ves, porque el de un soplo lo vuelve a crear, como si nada, como si nada... 
Lo quiero a morir. 
El borra las horas de cada reloj y me enseña a pintar transparente el dolor, con su sonrisa.
Levanta una torre desde el cielo hasta aquí y me cose unas alas y me ayuda a subir, a toda prisa, a toda prisa... 
Lo quiero a morir.
Conoce bien cada guerra, cada herida, cada ser, conoce bien cada guerra de la vida y del amor también.
Me dibuja un paisaje y me lo hace vivir, en un bosque de lápiz se apodera de mí...
Lo quiero a morir. 
Y me atrapa en un lazo que no aprieta jamás, como un hilo de seda que no puedo soltar, no puedo soltar, no quiero soltar... 
Lo quiero a morir.
Cuando trepo a sus ojos me enfrento al mar, dos espejos de agua, encerrada en cristal.
Lo quiero a morir.
Sólo puedo sentarme, sólo puedo charlar, sólo puedo enredarme, sólo puedo aceptar ser sólo suya, tan sólo suya... 
Lo quiero a morir.